Oaxacaparacristo's Weblog

Archive for enero 2012

La Biblia dice que «todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora» (Eclesiastés 3:1-8).

Siervos del Altísimo escuchen mi súplica.

A finales del siglo pasado hice un llamamiento a la Iglesia en todo el mundo pidiendo que se concentrara en la región específica enmarcada entre las latitudes 10 Norte y 40 Sur, de ahí el nombre de «Ventana 10/40». Hoy insto a la toda la iglesia a adoptar un nuevo enfoque misional: «La Ventana 4/14». La Ventana 10/40 hacía referencia a un marco geográfico, mientras que la Ventana 4/14 define un marco demográfico —una etapa de la vida comprendida entre las edades de 4 y 14 años.

Idea principal: Hay tres razones de peso para abrir la Ventana 4/14 y darle prioridad misional a principios del siglo XXI1: 1. Porque es el principal frente de batalla actual. 2. Porque Dios tiene un propósito estratégico para los niños que aún no ha sido cumplido. 3. Por la situación que sufren los niños en la actualidad.

¿Por qué es tiempo de abrir la Ventana 4/14 y dar prioridad a este enfoque misional a principios del siglo XXI? Porque los niños cuyas edades oscilan entre los 4 y los 14 años son blanco en el actual campo de batalla.

La mayor batalla que se libra en nuestros días es una disputa por los corazones y las mentes de los seres humanos. Estoy convencido de que el objeto de este frente de batalla es la niñez en edad escolar, el grupo comprendido entre los 4 y los 14 años.

Nuestro enemigo el diablo ronda como león rugiente buscando a quien devorar. Los leones tratan de dispersar a las presas adultas para aislar a las jóvenes. Y una vez aisladas, las atacan.

Los niños que hoy tienen entre 4 y 14 años están amenazados por leones. Las fieras han fijado sus ojos sobre nuestros niños. Es una cuestión de urgencia. La bestia se ha ensañado con los niños empujándolos a la miseria, la desnutrición, la mutilación y la explotación sexual.

No hay objetivo más estratégico en la guerra entre el bien y el mal, entre el Reino de la Oscuridad y el Reino de la Luz. Este es un llamado a encender la antorcha, a lanzarnos a aprovechar el potencial de esos niños y a reclutar una nueva generación dentro de la «Ventana 4/14» para transformar las naciones.

¿Por qué es tiempo de abrir lVentana 4/14 y dar prioridad a este enfoque misional a principios del siglo XXI? Porque Dios tiene un propósito estratégico para los niños que aún no ha sido cumplido.

Es hora de redescubrir a los niños en las Escrituras. Algunos cristianos aún creen que la Biblia dice muy poco acerca de los niños. Sin embargo, muchos están comenzando a leer las Escrituras, a «tener en cuenta al niño», y a concluir que éstos no sólo están presentes, sino que ocupan un lugar prominente en las Escrituras. De hecho, hay más de 1.500 alusiones a los niños y a la infancia (crianza y formación de los hijos, los huérfanos, etc.)

En muchos casos los niños y jóvenes juegan papeles importantes —y hasta cruciales— en los planes de Dios. El autor de todas las mentiras trata de pervertir sus mentes y llevarlos por mal camino, a atraparlos en religiones que no exaltan a Jesucristo como Rey de reyes y Señor de señores. Pero Dios tiene un propósito estratégico para los niños —para la generación entre los 4 y los 14. Indaguemos en la Palabra.

Los niños son como el aceite que cura e ilumina; «tus hijos serán como brotes de olivo alrededor de tu mesa» (Sal. 128:3). «Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos» (Sal. 127:5). Los niños son una señal. Son la bendición de Dios para una comunidad (Salmo 127:3), y esa bendición se pierde si no participan en la comunidad del pacto. («Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos» Sal 127:5)

Los niños simbolizan e ilustran la relación que Dios quiere tener con los adultos: «Cuando Israel era niño, yo lo amé» (Os. 11:1). «Él llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo: Os aseguro que a menos que cambiéis y os volváis como niños, no entraréis en el reino de los cielos» (Mateo 18:2-3).

Los niños son un regalo de Dios para ampliar su patrimonio «…tus hijos serán como renuevos de olivo alrededor de tu mesa» (128:3). «Los hijos son una herencia del Señor» (Sal. 127:5).

Los niños defienden. «Como flechas en las manos del guerrero» —para confrontar a los enemigos en la «puerta» de la influencia— «son los hijos de la juventud» (Salmo 127:4).

Los niños dan ejemplo, muestran el camino para entrar en el Reino (Mt. 18:3) y demuestran la verdadera naturaleza de la grandeza en el Reino de Dios. (Mateo 18:4)

Los niños convertidos a Dios son agentes de justicia y de transformación de las naciones, como lo fue Ester (Ester 4:14 b): «¡Quién sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como éste!».

Los niños no sólo son seguidores; Dios también los puede usar para liderar (Isaías 11:6). Dios escoge a los niños como figuras clave en la narrativa bíblica: Isaac, Moisés, Samuel, David, María.

En el caso de la lepra del general sirio Naamán (II Reyes 5:2), aparece una muchacha, la sierva de su esposa, que se acuerda del profeta de Dios que había en Israel y anima a Naamán a ir a visitarle. El dignatario de Aram torna la sugerencia de la chica en una transacción económica y por poco causa una crisis política internacional. Sin embargo, cuando Naamán hace caso a la sugerencia de la muchacha, se cura de la lepra. Y lo que es más importante, él también recibe una revelación espiritual con importantes implicaciones para la misión cuando dice: «Ahora sé que no hay Dios en todo el mundo, excepto en Israel» (v. 15, NVI).

Los líderes y los estrategas del Cuerpo de Cristo deben valorar la importancia que tiene la Ventana 4/14 y sus implicaciones para una misión eficaz. Ha llegado el momento.

Dios escogió entrar a este mundo como bebé, no como rey, rabino o Sumo Sacerdote.

El niño puede ser futuro rey. Esto lo supo Samuel cuando fue a casa de Isaí para ungir al nuevo rey: «El hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón» (1 Sam. 16:7). David tenía entre 13 y 16 años cuando fue ungido rey. En aquel momento, el niño fue un rey y el rey fue un niño.

Los niños son la esperanza en el futuro. Cuando Dios dio una tierra a su pueblo en Deut. 1:39: «Y vuestros niños… que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán».

Los niños pueden ser la solución. La Palabra dice: «Por causa de tus adversarios has hecho que brote la alabanza de labios de los pequeñitos y de los niños de pecho, para silenciar al enemigo y al rebelde» (Sal. 8:2). Los niños fueron señalados desde el principio de los tiempos para silenciar al vengador.

La alabanza en labios de los niños enerva a los enemigos de Jesús (Mat 21:14-16). Al ver un milagro, aclamaron: «¡Hosanna al hijo de David!». Jesús declaró ante sus críticos, en el templo, un martes de Pasión: «En los labios de los lactantes y de los niños Dios ha ordenado elogios para silenciar al enemigo y al vengador». Debemos, por tanto, encender la llama y desatar el potencial de la generación 4/14 para transformar la sociedad. La epístola 1 Juan 3:8 dice: «El Hijo de Dios se manifestó para deshacer la obra del demonio».

¿Por qué es tiempo de abrir la Ventana 4/14 y dar prioridad a este enfoque misional a principios del siglo XXI? Por causa de la terrible situación que sufren los niños en el mundo actual.

Este es el momento. Es hora de tomar a los niños y a los jóvenes en serio. Los niños están a nuestro alrededor. Todo ser humano es o fue una vez niño. Los niños son más numerosos y están más necesitados que la mayoría de la gente del planeta. Nunca en la historia ha habido tantos niños en el mundo y nunca tantos corrieron tanto riesgo. Los menores de 15 años constituyen un tercio de los casi 7.000 millones de personas que viven en el mundo. En los países en desarrollo los niños representan casi la mitad de la población. Otros mil millones de niños pueden nacer en la próxima década, muchos en familias que viven en extrema pobreza.

La Iglesia actual no busca a los niños, pero no tendría que buscar mucho para encontrarlos. Los niños no son un grupo desconocido ni remoto. Se encuentran en todos los países y en todas las categorías socioeconómicas y culturales.

– En todas las comunidades: familias, escuelas, mercados y campos de juego…

– En las zonas de difícil acceso para el evangelio.

– En distintas comunidades religiosas y subculturas étnicas de países cristianizados.

– En sub-culturas marginales: niños con necesidades especiales, cárceles…

– En situaciones de peligro y circunstancias críticas que aumentan la probabilidad de no tener oportunidad de escuchar el evangelio.

– En circunstancias difíciles: niños perjudicados o descuidados por los representantes de la fe cristiana.

¡Este es el momento! La oportunidad para esta nación y para el mundo. La Ventana 4/14 es el corazón mismo de la cosecha y de los planes de Dios para transformar a las naciones. Este es el momento para que cada pastor de iglesia local en esta nación declare a los niños prioridad para la iglesia.

¿Por qué es tiempo de abrir la Ventana 4/14 como enfoque misional prioritario a principios del siglo XXI?

Debido a lo que está ocurriendo en todas las naciones del mundo. La última década ha sido testigo de un importante cambio de actitudes y una apertura hacia los niños y la infancia, y de su papel en la iglesia y en la misión. Los vientos del cambio climático están ganando fuerza. Es tiempo de abrir la Ventana 4/14 para que los vientos soplen en la casa de Dios.

Conclusión: Se han considerado tres razones de peso para abrir la Ventana 4/14 y darle prioridad misional a principios del siglo XXI.

1. Porque representa el frente de batalla de nuestros días.

 2. Porque Dios tiene para los niños un propósito estratégico que aún no ha sido cumplido.

 3. Por causa de la situación que atraviesan los niños en el mundo actual.

Un enfoque renovado, centrado en los niños y los jóvenes, puede ser el «viento que hinche las velas del navío» e impulse al pueblo de Dios a ir en pos de su objetivo. Este enfoque tiene fuerza para revitalizar y reafirmar la causa de las misiones en este siglo. Ha llegado el momento.

Wess Stafford nos recuerda que:

«Cada movimiento importante que se ha sucedido a lo largo de la historia ha comprendido la necesidad de guiar a la generación siguiente, de promover su programa y asegurar su legado. Los movimientos políticos (como el nazismo y el comunismo) invirtieron legiones en la formación de los niños con el fin de desarrollar su agenda más allá de la vida efímera de sus fundadores. Las principales religiones del mundo han hecho lo mismo: adoctrinar sistemáticamente a sus jóvenes, e incluso los talibán ponen gran énfasis en el reclutamiento de niños. Cuando Nabucodonosor conquistó Israel no escatimó esfuerzos para moldear el futuro, trató de influir en jovencitos como Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al parecer, históricamente, el movimiento cristiano evangélico es uno de los pocos que ha permitido que los niños sigan siendo una especie de segunda clase en el cumplimiento del Gran Mandato: «La gran omisión» de la Gran Comisión.»

Luis Bush 

Agenda y diario personal de oración 2012, Editorial JUCUM



  • Ninguno
  • jonas ortiz avendaño: Estoy de acuerdo, los niños representan hoy los pilares de la Iglesia del mañana y depende de la formación de la formacion de los niños de hoy en
  • oaxacaparacristo: Gracias a ti...
  • oaxacaparacristo: Gracias por el comentario pero no, no soy un experto, sólo trato de compartir en la medida de mis posibilidades la Palabra de Dios... y cuenta conmig

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